El Verdadero Nombre de Dios según la lengua hebrea.


El concepto teológico, filosófico y antropológico de Dios hace referencia a una suprema deidad.

Dios es el nombre que se le da en español a un ser supremo omnipotente y personal en religiones teístas y deístas (y otros sistemas de creencias) quien es: o bien la única deidad, en el monoteísmo, o la deidad principal, en algunas formas de politeísmo, como en el henoteísmo.
Dios también puede significar un ser supremo no personal como en el panteísmo, y en algunas concepciones es una mera idea o razonamiento sin ninguna realidad subsistente fuera de la mente, como en los sistemas materialistas.

A menudo Dios es concebido como el creador sobrenatural y supervisor del universo. Los teólogos han adscrito una variedad de atributos a las numerosas concepciones diferentes de Dios. Entre estos, los más comunes son omnisciencia, omnipotencia, omnipresencia, omnibenevolencia (perfecta bondad), simplicidad divina, y existencia eterna y necesaria. Dios también ha sido concebido como de naturaleza incorpórea, un ser personal, la fuente de toda obligación moral, y el "mayor ser concebible con existencia". Estos atributos fueron descritos en diferentes grados por los primeros filósofos-teólogos judíos, cristianos y musulmanes, incluidos Maimónides, San Agustín, y Al-Ghazali, respectivamente. Muchos destacados filósofos medievales y filósofos modernos desarrollaron argumentos a favor de la existencia de Dios. En forma análoga numerosos filósofos e intelectuales de renombre han desarrollado argumentos en contra de la existencia de Dios.
Su conceptualización ha sido tema de debate en diversas civilizaciones.
En español, al igual que en las otras lenguas romances, la palabra «dios» viene directamente del latín deus, ‘deidad, dios’. El término latino deriva a su vez del indoeuropeo *deiwos, de la raíz *deiw-, «brillar, ser blanco», de la que deriva asimismo el término griego Ζεύς (Zeus). De hecho, la palabra española dios es idéntica en pronunciación a la griega Διός (Diós), forma genitiva de Zeus (el principal Dios de la mitología griega). De esta misma raíz indoeuropea derivan el latín dies (‘día’) y el griego δῆλος (‘visible, patente’). Pese a su parecido con el término griego análogo, θεός (theós, ‘deidad, dios’), este deriva de la raíz indoeuropea *dhēs-, de significado desconocido, pero que originó en latín palabras de significado inicialmente religioso como feria o fanatismo.


La forma indoeuropea *deiw-os aparece en muchas familias indoeuropeas sistemáticamente asociado a *pəter (‘padre’) en la forma compuesta *dyeu-pəter. En sánscrito tardío la forma aparece como dyaus pitar, mientras que en griego existe la forma Ζεὺς Πατῆρ (Zeùs Patḗr), análoga a la latina Iuppiter (Júpiter). El latín deus, en otras lenguas romances, derivó en deus (gallego y portugués), dieu (francés), dio (italiano), déu (catalán) o [dumne]zeu (rumano), entre otras.

En las lenguas germánicas la palabra para designar a la deidad proviene de la raíz protogermánica *ǥuđan, de donde vienen god (inglés) o gott (alemán). Esta raíz derivaría de la forma indoeuropea reconstruida *ǵhu-tó-m, proveniente de la raíz *ǵhau(ə)-, ‘llamar, invocar’. De esta misma raíz podría derivarse el nombre del pueblo godo. El origen de la palabra got es muy antiguo, y no se extiende hacia ninguna otra familia indoeuropea con excepción de la irania. Así en persa moderno se dice joda (خدا), y en kurdo, xhwedê.

El término Yahveh procede del hebreo, una lengua semítica. Esta palabra, también llamada tetragrámaton, proviene de la raíz de cuatro letras (de ahí su denominación) yhwh, en origen el nombre propio de una deidad edomita o madianita, Yahwi. En las lenguas semíticas, incluido el hebreo, el término más extendido es ʾl (El), del que derivan, entre otros, el hebreo Elohim (אֱלֹהִ֔ים, generalmente traducido como «Señor» o «Dios») y el árabe Allāh (الله, Alá). Este último término designa al Dios único y supremo, mientras que se reserva el término ʾilāh (إله) para una deidad en general.

Yavé o Yahweh (yhwh (יהוה) en hebreo) es el nombre del Dios supremo de los antiguos hebreos, el dios del Antiguo Testamento bíblico, tomado más adelante por los cristianos como Dios supremo y padre de Jesucristo, por lo que en la actualidad se lo conoce como Dios judeocristiano, el Dios cristiano de Occidente. Suele traducirse como ‘el que es’ o ‘el que vive’. Esta grafía hebrea (יהוה) es conocida por el vocablo griego tetragrámaton. En el culto judío este nombre nunca se pronuncia aunque aparezca escrito en los textos religiosos, diciéndose en su lugar Adonai, que significa ‘el Señor’. Por el hecho que en el texto hebreo no hay vocales, no se sabe como pronunciar exactamente el nombre (que los Sabios Hebreos trasmitían oralmente a sus alumnos) y por ello los hay que usan la trascripción de Yahveh mientras que otros utilizan el nombre Jehová, yuxtaponiendo las vocales de Adonai a las consonantes de YHWH. La práctica judía de sustituir el nombre divino por títulos como, se adoptó en copias posteriores de la Septuaginta griega, la Vulgata latina y en muchas otras traducciones, antiguas y modernas, por lo que hay traducciones al castellano de la Biblia que sustituyen el nombre hebreo por ‘Señor’. En 1611, la versión inglesa de la Biblia del Rey Jacobo utilizaba cuatro veces el nombre de Jehová.

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