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Las Antiguas Ruinas de Sudáfrica: ¿La Sede de los Annunaki Hace 200.000 Años?




Introducción Clasificada

El teléfono suena a las 3:33 AM. Una voz estática susurra un nombre que nadie debería conocer. No es una llamada, es una invitación. Hoy abrimos el expediente de unas estructuras que desafían nuestra comprensión del pasado, un enigma que clama desde las profundidades de Sudáfrica: las supuestas ciudades de 200.000 años de antigüedad, atribuidas a los misteriosos Annunaki.

En el vasto tapiz de la historia humana, existen hilos sueltos, narrativas que se desvían radicalmente de la ortodoxia académica. La historia de los Annunaki, extraída de tablillas sumerias y popularizada por investigadores como Zecharia Sitchin, es una de esas hebras. Sugiere una intervención extraterrestre en la Tierra hace cientos de miles de años, no solo como observadores, sino como arquitectos. ¿Podrían las ruinas megalíticas recién descubiertas en Sudáfrica ser la prueba tangible de esta audaz afirmación?

La Mitología Sumeria y los Annunaki: Un Viaje a los Orígenes

Según la compleja mitología sumeria, un punto crítico en la historia cósmica se desarrolló hace aproximadamente 250.000 años. Se relata un conflicto de poder entre los dioses Annunaki, traducido como "aquellos que de los cielos vinieron a la Tierra", y sus rivalidades tanto por el control de nuestro planeta como por la estabilidad de su mundo natal, Nibiru.

Un extracto clave de la cuarta Tablilla de los Destinos, cuyos orígenes se atribuyen a Zecharia Sitchin, ofrece un atisbo de estas antiguas disputas:

¿Quién estará al mando de los asentamientos, quién estará al mando del Abzu? Así le preguntó Ea a Enlil. ¿Quién tomará el mando para la ampliación de Eridú, quién supervisará los asentamientos? Así decía Alalu. ¿Quién tomará el mando de las naves celestes y del lugar de aterrizaje? Así inquirió Anzu. ¡Que venga Anu a la Tierra, que tome él las decisiones! Así dijo Enlil en respuesta. Viene ahora el relato de cómo Anu vino a la Tierra, de cómo se echaron suertes entre Ea y Enlil, de cómo se le dio a Ea el título-nombre de Enki, de cómo luchó Alalu por segunda vez con Anu. En un carro celestial viajó Anu a la Tierra; siguió la ruta junto a los planetas. Nungal, el piloto, dio una vuelta alrededor de Lahmu; Anu lo observó atentamente. La Luna, que en otro tiempo fue Kingu, circundaron y admiraron.

Este pasaje es fundamental para comprender la supuesta estructura jerárquica y las dinámicas de poder entre estas entidades. La narrativa continúa describiendo la llegada de Anu a la Tierra y la posterior distribución de tareas y dominios mediante un sorteo.

Luego de esto, la misma tablilla comenta cómo quedó la repartición final de la tierra:

Ésas fueron las órdenes de Anu; Ea y Enlil inclinaron la cabeza aceptándolas. Hubo anocheceres y amaneceres; y a Eridú volvieron todos. En Eridú tuvieron un consejo, para asignar trabajos y deberes. Ea, que había fundado Eridú, fue el primero en pronunciarse: yo he fundado Eridú; que se establezcan otros asentamientos en esta región, que se conozca por el nombre del Edin, Morada de los Rectos. ¡Déjeseme a mí el comando del Edin, que se encargue Enlil de la extracción del oro! Enlil se enfureció con estas palabras: ¡El plan es improcedente!, le dijo a Anu. Del mando y de trabajos a realizar, yo soy el mejor; de naves celestes, yo tengo los conocimientos. De la Tierra y sus secretos, mi hermanastro, Ea, es conocedor; él descubrió el Abzu, ¡que sea él el señor del Abzu! Anu escuchó con atención las airadas palabras; los hermanos eran de nuevo hermanastros, ¡el Primogénito y el Heredero Legal contendían con palabras como armas! Ea era el Primogénito, nacido a Anu de una concubina; Enlil, nacido después, fue concebido por Antu, la esposa de Anu. Era hermanastra de Anu, haciendo por tanto a Enlil Heredero Legal, imponiéndose así al Primogénito para la sucesión. Anu estaba temiendo un conflicto que pusiera en peligro la obtención del oro; uno de los hermanos debía regresar a Nibiru, la sucesión debía ser excluida de cualquier consideración, así se decía Anu a sí mismo. Y en voz alta les hizo una sorprendente sugerencia a los dos: ¡Uno volverá a Nibiru para sentarse en el trono, uno mandará en el Edin, uno será el señor del Abzu, entre los tres, yo con vosotros, lo determinaremos a suertes! Los hermanos se quedaron callados, aquellas audaces palabras los tomaron por sorpresa. ¡Echémoslo a suertes!, dijo Anu. ¡Que la decisión venga de la mano del hado! Los tres, el padre y los dos hijos, unieron las manos. Echaron suertes, las tareas se dividieron por suertes: Anu para que vuelva a Nibiru, para seguir siendo su soberano en el trono; el Edin le tocó a Enlil, para ser el Señor del Mandato, como su nombre indicaba, para fundar más asentamientos, para hacerse cargo de las naves celestes y de sus héroes, para ser el líder de todas las tierras hasta que encontraran la barrera de los mares. A Ea se le concedieron como dominio los mares y los océanos, para que gobernara las tierras bajo la barrera de las aguas, para ser el señor del Abzu, para con ingenio procurar el oro. Enlil estuvo conforme con las suertes, aceptó con una inclinación la mano del hado. Los ojos de Ea se llenaron de lágrimas, no quería separarse de Eridú ni del Edin. ¡Que Ea conserve para siempre su hogar de Eridú!, le dijo Anu a Enlil, ¡Que se recuerde siempre que fue el primero en amerizar, que se conozca a Ea como el señor de la Tierra; Enki, Señor de la Tierra, sea su título! Enlil aceptó con una inclinación las palabras de su padre; a su hermano dijo así: Enki, Señor de la Tierra, será a partir de ahora tu título-nombre; yo seré conocido como Señor del Mandato.

Esta división del trabajo y de los dominios terrestres es crucial. Enlil, el "Señor del Mandato", se enfocó en la supervisión de la Tierra y las naves celestes, mientras que Ea (renombrado Enki, "Señor de la Tierra") se encargó de los océanos y la extracción de oro, un recurso de vital importancia para los Annunaki.

¿Podría ser que los Annunaki, en su búsqueda de oro, establecieran asentamientos avanzados en la Tierra hace milenios? La cronología que maneja Sitchin y otras interpretaciones de textos antiguos sugieren una presencia que precede a la aparición del Homo sapiens moderno.

El Calendario de Adán: Una Estructura Anómala

Parece ser que ahora, cerca de 200.000 años después de las narraciones sumerias, se han encontrado las ruinas de las ciudades que se comentan en sus textos, fundadas, según la hipótesis, por losAnnunaki (o Elohim, si consideramos las conexiones con los relatos bíblicos). Las localizaciones reportadas y supuestamente indicadas en mapas satelitales sugieren una vasta red de asentamientos en la región de Sudáfrica, conocidas informalmente como el "Calendario de Adán".

Las coordenadas geográficas proporcionadas abarcan una extensa área:

  • Carolina -- 25° 55' 53.28" S / 30° 16' 13.13" E
  • Badplaas -- 25° 47' 33.45" S / 30° 40' 38.76" E
  • Waterval -- 25° 38' 07.82" S / 30° 21' 18.79" E
  • Machadodorp -- 25° 39' 22.42" S / 30° 17' 03.25" E

Delimitar un cuadrado con estas coordenadas y realizar una búsqueda en el terreno revela una cantidad impresionante de registros: caminos y construcciones que se extienden a lo largo de kilómetros. Al levantar la cámara del satélite a una altitud de 500 metros, se observa un patrón que sugiere un diseño intencionado y una escala monumental.

Esta información sería de un valor incalculable para cualquier arqueólogo en condiciones normales. Sin embargo, surge una pregunta fundamental: hace 200.000 años, ¿existían seres humanos con la capacidad tecnológica para erigir tales estructuras? El Homo sapiens tal como lo conocemos hoy, o incluso el hombre de Cro-Magnon (que vivió entre 42.000 y 12.000 AP), eran cazadores-recolectores, sin la aparente capacidad de desarrollar tecnología compleja o la agricultura a esta escala.

Estas estructuras, por lo tanto, apuntan a la posible existencia de una civilización en el pasado remoto de la Tierra, quizás diferente a la humanidad actual, que colonizó la parte baja de África. La teoría de Zecharia Sitchin sobre el propósito de los Annunaki, la extracción de oro, se presenta como una posible motivación para una empresa de tal magnitud.

La Datación: Un Enigma Astronómico

Precisar la edad de un emplazamiento como este presenta desafíos significativos. El análisis de carbono-14, una técnica comúnmente utilizada, solo es aplicable a materia orgánica que alguna vez estuvo viva, midiendo el tiempo desde que dejó de absorber oxígeno.

Las rocas, al no absorber oxígeno, no pueden ser datadas directamente por este método. Las estimaciones de edad en estos casos suelen basarse en la especulación o, en ocasiones, en el análisis de las capas de sedimento o moho que recubren las estructuras. Sin embargo, para emplazamientos de la escala y antigüedad que se postula, se requiere un enfoque diferente: la astronomía.

Muchas de estas estructuras están alineadas con estrellas y constelaciones específicas, y se utilizan medidas astronómicas, como la precesión de los equinoccios, para estimar su antigüedad. La rotación de la Tierra sobre su eje, conocida como precesión, completa un ciclo cada 26.000 años. Al determinar la posición de las estrellas y constelaciones en relación con estas alineaciones megalíticas, se puede calcular cuánto tiempo ha transcurrido.

Los primeros cálculos aproximados, basados en el ascenso de Orión, sugirieron una edad de al menos 25.000 años. Sin embargo, mediciones más recientes y precisas han elevado significativamente esta estimación. Un arqueo maestro, que prefiere el anonimato por temor al ridículo académico, presentó un cálculo de al menos 75.000 años, también basado en el ascenso de Orión.

El cálculo más reciente y, según se afirma, certero, realizado en junio de 2009, sugiere una edad de al menos 160.000 años. Este cálculo se basa en el desplazamiento del plano de Orión respecto al horizonte, así como en la erosión de las piedras de basalto que componen el sitio. Algunas piezas rotas y esparcidas por el suelo, expuestas a la erosión, han permitido estimar una tasa de desgaste de aproximadamente 3 cm de piedra. Al reconstruir estas piezas y calcular la tasa de erosión de la dolerita, se llega a fechas sorprendentes.

La imponente alineación de los dólmenes en la fotografía, que indica la posición de la constelación de Orión en un momento específico del pasado, permite datar este emplazamiento con una antigüedad estimada en 162.000 años AP (Antes del Presente).

Veredicto del Investigador: ¿Fraude, Vestigio Antiguo o Tecnología Perdida?

La teoría de que las ruinas del "Calendario de Adán" datan de hace 200.000 años, y que fueron construidas por inteligencias no-humanas como los Annunaki, es audaz y desafía las bases de la arqueología y la antropología convencionales. Sin embargo, nuestra labor como investigadores es analizar, no descartar de plano.

Argumentos a favor de una antigüedad anómala:

  • Alineaciones Astronómicas: La precisión de las alineaciones con constelaciones en movimiento cíclico (como Orión, con su ciclo de precesión de 26.000 años) proporciona un método de datación que, aunque complejo, es científicamente plausible. Las estimaciones de 160.000 a 200.000 años AP, si son correctas, implican una civilización muy anterior a la aparición del Homo sapiens moderno.
  • Escala y Complejidad: La vasta extensión de caminos y construcciones, visibles desde el espacio a gran altitud, sugiere una planificación y una fuerza laboral considerable, incompatibles con las capacidades tecnológicas estimadas para los homínidos de ese período.
  • Contexto de las Crónicas Sumerias: La correlación entre estas ruinas y las antiguas narrativas sumerias sobre los Annunaki y su propósito de extracción de oro, aunque mitológica, añade una capa de intriga que no puede ser ignorada por completo en el campo de la investigación anómala.

Argumentos en contra y explicaciones alternativas:

  • Datación Indirecta: La datación se basa en modelos astronómicos y tasas de erosión. Ambos métodos tienen márgenes de error y pueden ser influenciados por factores desconocidos o malinterpretados. La erosión, por ejemplo, puede variar drásticamente según las condiciones climáticas y geológicas a lo largo de milenios.
  • Interpretación Académica: La comunidad científica dominante no reconoce estas estructuras como artificiales o de tal antigüedad. Argumentan que pueden ser formaciones geológicas naturales o restos de civilizaciones humanas mucho más recientes, mal interpretadas o datadas erróneamente. La falta de artefactos claramente humanoides o registros tecnológicos inequívocos es un punto débil para la hipótesis Annunaki.
  • Fraude o Engaño: Como en muchos misterios de la antigüedad, la posibilidad de un fraude, una mala interpretación deliberada o, simplemente, una exageración de los hallazgos, siempre debe ser considerada. La tentación de atribuir cualquier estructura antigua e inexplicable a visitantes extraterrestres es fuerte.

Veredicto: Si bien la propuesta de una civilización de 200.000 años es revolucionaria, los métodos de datación astronómica y la aparente escala de las construcciones en Sudáfrica presentan un enigma que la ciencia convencional aún no ha podido resolver satisfactoriamente. La correlación con las civilizaciones perdidas y la mitología sumeria, sumada a la evidencia visual, sugieren que estamos ante algo más que meras formaciones rocosas. Sin embargo, se necesita una investigación arqueológica y geológica rigurosa, independiente y libre de prejuicios académicos o de la comunidad de misterios, para llegar a conclusiones definitivas. La evidencia circunstancial es intrigante, pero la prueba irrefutable aún espera ser desenterrada.

El Archivo del Investigador

Para quienes deseen profundizar en el fascinante mundo de las civilizaciones antiguas, la mitología sumeria y los enigmas de la prehistoria, recomiendo la siguiente bibliografía y recursos:

  • Libros Clave:
    • "El Duodécimo Planeta" de Zecharia Sitchin: Un texto fundamental para entender la hipótesis de los Annunaki y Nibiru.
    • "Las Civilizaciones Perdidas" de Charles Fort: Una obra maestra que recopila innumerables misterios y anomalías históricas.
    • "Fingerprints of the Gods" de Erich von Däniken: Explora las teorías sobre antiguas visitas extraterrestres y su impacto en las civilizaciones humanas.
  • Documentales Esenciales:
    • Series como "Ancient Aliens" (History Channel): Aunque a menudo especulativas, presentan una amplia gama de teorías sobre intervenciones antiguas.
    • Investigaciones sobre el Calendario de Adán y otros sitios megalíticos con dataciones anómalas.
  • Recursos Online Confiables:

La exploración de estos temas a menudo requiere una mente abierta y la capacidad de discernir entre especulación y evidencia sólida. El camino hacia la verdad está pavimentado con preguntas.

Preguntas Frecuentes (FAQ)

¿Son las ruinas del Calendario de Adán una formación natural?
La comunidad científica dominante tiende a considerarlas como tales o como ruinas de civilizaciones humanas más recientes. Sin embargo, sus alineaciones astronómicas y su aparente complejidad a gran escala han llevado a algunos investigadores a proponer un origen artificial y una antigüedad anómala.
¿Qué es Nibiru según la teoría de Sitchin?
Nibiru es un planeta hipotético en la teoría de Zecharia Sitchin, que según él, alberga a los Annunaki. Se postula que tiene una órbita elíptica muy larga y que su aproximación a la Tierra habría tenido consecuencias catastróficas en el pasado.
¿Cómo se datan las estructuras megalíticas antiguas sin materia orgánica?
Principalmente a través de la astronomía, analizando alineaciones con cuerpos celestes y utilizando la precesión de los equinoccios para calcular la edad. La erosión de los materiales y el análisis de sedimentos también pueden ofrecer pistas.
¿Hay alguna prueba arqueológica concreta de los Annunaki?
No existe evidencia arqueológica concluyente y aceptada por la comunidad académica que confirme la existencia de los Annunaki como una raza extraterrestre que visitó o habitó la Tierra en la antigüedad. La evidencia se basa en interpretaciones de textos sumerios y hallazgos anómalos.

Tu Misión de Campo: Descifra las Ruinas

Ahora es tu turno, investigador. Has sido expuesto a la compleja red de mitología, arqueoastronomía y especulación que rodea a las ruinas del Calendario de Adán. Tu misión, si decides aceptarla, es ir más allá de la simple lectura.

Tarea: Utiliza las coordenadas proporcionadas y herramientas de mapas satelitales disponibles en línea (como Google Earth o similares). Investiga la zona delimitada y busca patrones, alineaciones o estructuras que no parezcan naturales. Compara tus hallazgos con las fotografías y descripciones presentadas en este expediente.

Pregunta clave: ¿Qué te sugieren las formaciones que observas? ¿Apoyan la idea de construcciones artificiales y complejas, o se asemejan más a fenómenos geológicos naturales? Documenta tus observaciones, incluso si son un simple boceto o una descripción detallada.

Comparte tus hallazgos y tu opinión en la sección de comentarios. ¿Consideras que estas ruinas son vestigios de una avanzada civilización antigua, o estamos ante una ilusión creada por la naturaleza y la interpretación humana?

alejandro quintero ruiz es un veterano investigador de campo dedicado al análisis de fenómenos anómalos. Su enfoque combina el escritimo metodológico con una mente abierta a lo inexplicable, buscando siempre la verdad detrás del velo de la realidad. Con años de experiencia desenterrando misterios, su pasión es conectar los puntos entre la historia olvidada y los enigmas del presente.