¿Alguna vez has escuchado hablar de los túneles subterráneos que existen debajo de la ciudad de Bogotá? Esta es una leyenda que ha estado circulando por años y que ha sido objeto de fascinación para muchos. Sin embargo, para sorpresa de algunos, la existencia de estos túneles es más que una simple leyenda, tal como lo confirma la exploración de algunos de ellos por parte de Arturo Pedraza en el año 2013.
Los túneles subterráneos de Bogotá son parte de la historia de la ciudad. Muchas versiones de los recorridos que supuestamente hacen estos pasajes subterráneos han sido difundidas a lo largo del tiempo. Algunos afirman que conectan la Casa de Nariño con la Estación de Ferrocarril de La Sabana, mientras que otros sugieren que fueron construidos por los jesuitas propietarios del Colegio Mayor de San Bartolomé para conectar el colegio con el Palacio de Justicia y el Congreso.
Pero, ¿cuál es la verdad detrás de los túneles de Bogotá? Es difícil saber con exactitud, ya que no existe una historia clara y documentada sobre estos pasajes subterráneos. Sin embargo, es posible que hayan sido utilizados como escondite o vía de escape para funcionarios públicos, presidentes y clérigos durante los años de la colonia y las épocas de la violencia en Colombia.
En 2013, Arturo Pedraza tuvo la oportunidad de explorar algunos de estos túneles subterráneos y encontró una gran cantidad de objetos históricos. Muebles en deterioro, vajillas completas fabricadas en Austria, botellas de vino de épocas de la colonia, e incluso instrumental quirúrgico del siglo XIX fueron algunos de los hallazgos más interesantes. Estos objetos nos permiten imaginar cómo habría sido la vida en la ciudad durante los siglos anteriores.
Además de los objetos históricos, los túneles subterráneos de Bogotá son un verdadero tesoro arquitectónico. La mayoría de ellos fueron construidos hace más de 300 años y cuentan con una arquitectura que es un reflejo de la época colonial en la que fueron construidos. Muchos de ellos están hechos de ladrillo y tienen techos abovedados, lo que los convierte en una muestra del ingenio y la destreza de los constructores de la época.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que la exploración de estos túneles puede ser peligrosa y no se recomienda hacerlo sin la debida supervisión y precaución. Algunos de ellos se encuentran en mal estado y podrían representar un peligro para los visitantes. Además, hay muchos túneles que todavía no han sido explorados, lo que hace que sea difícil saber con certeza qué es lo que se encuentra en su interior.
En conclusión, los túneles subterráneos de Bogotá son una parte importante de la historia de la ciudad y una muestra del ingenio y la creatividad de los constructores de la época colonial.
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